No podía decir con seguridad cuándo empezó todo, pero últimamente, sólo oía susurros por todas partes. Los susurros lo rodeaban, lo acompañaban allá donde fuera. Susurros ininteligibles que estaban empezando a volverle loco.

Al final se hartó, dijo basta de susurros. Se compró un audífono. Ahora oye mejor.

Image by Gordon Johnson from Pixabay