Este es sólo un artículo de desahogo. No lo leas, no busca audiencia.

Llevo semanas mal. Cada vez que tengo la sensación de resurjo, me vuelvo a hundir. Estoy cansado. Se me había ocurrido la metáfora "cada vez que intento volver a la vida, la vida me echa"; pero es mentira, la vida no hace nada, soy yo mismo el que se suelta y se cae. Y mis intentos son más bien pobres.

He intentado hacer ejercicio un poco en serio y de forma más organizada; me apunté a la #OperaciónCantona de Fran Mesa, pero lo he dejado porque en 2 meses reuní fuerzas para tan solo 3 sesiones, y el mero hecho de saber que debería hacer más y ver qe el resto de la gente lo está haciendo me hundía aún más en la miseria.

Aún tengo que imprimir Eskubeltz para enviar los premios a los ganadores del concurso rolero de La Garduña. Sí, a principios de abril pedí presupuestos a varias imprentas. Ayer respondí a los dos que me mandaron. He hablado con Joker Juegos y me han dicho que pueden vender allí lo que me sobre. A ver cuándo logro terminar con este asunto. Todo el mundo es majísimo y me da facilidades. Sólo fallo yo.

Entré en el proyecto Liberateka, y asisto a las reuniones. He intentado tímidamente echar un ojo al código que están haciendo los demás. Me parece que no estoy aportando nada al proyecto, y me siento un parásito. Algo parecido me pasa con Veenk. Estoy ahí y no hago nada, sólo soy una decoración.

Mi hermano se casa este sábado, y si no fuese porque no voy solo, probablemente aún no tendría ni el traje para ir, ni el regalo hecho ni ná. Es posible que se me olvidase ir, de hecho. No es culpa de nadie más que de mi.

Mi psicólogo me dijo, como experimento, que la próxima cita no me la daría al terminar la anterior, sino que la tendría que pedir yo. Pasan los meses y lo olvido todo. Quizá logre hacerlo antes del verano. Quizá no. Espero no fallarme, pero no voy por buen camino.

Menos mal que ya no trabajo solo. Que ya no dependen todos los clientes exclusivamente de que yo responda; que hay otra persona que hace el trabajo. No puede con todo, pero al menos las cosas no se paralizan. Menos mal.

Hace poco me apunté al Mundial de Escritura de Chasco Club. Tenía ganas, pero menos mal que te desinscriben automáticamente al cabo de los dos primeros días si no haces ná, porque me habría agobiado mucho si hubiesen seguido escribiéndome. Estoy desapuntado automáticamente, claro.

Tantas cosas por hacer. Tan pocas fuerzas. ¿Por qué me meto en estos embolados que son la vida? En fin, ya queda menos.